El Parque Nacional Los Tres Ojos es un lugar de naturaleza y tranquilidad para todo público, con cuatro lagos, tres subterráneos y uno que puede ser observado desde la superficie. Para apreciar el subsuelo es necesario bajar 372 escalones, pero es desde el 59 donde se puede observar el letrero que indica el primer lago.

El primer manantial es el llamado “Lago de azufre” a 300 metros bajo tierra y cuenta con 4.5 metros de profundidad. No contiene azufre; más bien, su nombre se debe a los minerales llamados carbonato de calcio o aragonita, provenientes de una constante gota de agua que genera la roca llamada estalactitas, la cual baja desde el techo hasta unirse con otra piedra nombrada estalagmita. Estas unidas forman unas columnas naturales, cuyo nombre científico es Domo, el cual genera mayor seguridad en la parte superior.

Lago la nevera es llamado el segundo manantial de este parque natural por sus temperaturas de 20 a 21 °C. Las rocas que lo cubren no permiten que entre la luz solar y a esto se deben las bajas temperaturas. Este manantial cuenta con una profundidad de 18 pies. En este y los demás lagos se pudieron observar rocas con dibujos realizados por indígenas.

El tercer ojo es llamado “La damas” con ocho metros de profundidad; su nombre se debe a que en épocas pasadas, cuando era un balneario público, fue elegido especialmente para las mujeres, ya que es el más pequeño y debido a que estas se bañaban desnudas; además este manantial era utilizado para los sectores cercanos abastecerse de agua.

El cuarto y último es el “Lago Zaramagullón”; su nombre proviene de unos patos provenientes de África que lo habitan por un corto periodo para luego partir a su lugar de origen. Este mide 25 pies de profundidad, tiene un tono verde por todos los árboles que lo rodean, las algas marinas y los rayos de sol, sin embargo sus aguas son cristalinas.

Para cruzar este cuarto y más grande lago desde el subsuelo es necesario subirse a una barca que tiene un costo de RD$50 o un dólar.

En este lago existe una planta llamada copey utilizada por los taínos para realizar canoas y las flores fueron utilizadas para hacer bolas de béisbol.

Además, en él se han rodado películas como Tarzán, Fuerza de Combate, Jurassic Park III, Oro y Polvo, entre otras.

Sus aguas están habitadas de peces tilapias, los cuales fueron introducidos por el dictador Rafael Leónidas Trujillo desde Venezuela en la década de los 40, por una escasez de peces en el país durante la época.

En los alrededores del parque se observan distintos árboles dándole vida a la naturaleza, y con su verdor dan el frescor y aire puro que necesitan los capitaleños. Algunos de estos arbustos son jabilla criolla, framboyán, pringamosa, maguey o magueyito, caoba, ceiba, acacia, higo, purre o lengua de vaca, guayaba, entre otros.

Este parque cuenta con visitantes de todo el mundo, quienes al salir del recorrido expresaron su experiencia: “Un parque muy bonito y recomendable, todo muy natural y espectacular, sobre todo bien cuidado”, expresó David, proveniente de España.

Costo

La entrada al Parque Los Tres Ojos tiene un costo de RD$100 para los dominicanos y para los extranjeros RD$200. Los niños menores de nueve años tienen acceso de manera gratuita.

Cuenta con personal que maneja el idioma inglés para un mejor desenvolvimiento con los turistas. Además, pueden a través de un código QR comprar las taquillas por la página del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el cual solo permite adquirir cinco pases y en la casilla de ticket retirar sus brazaletes.

Un poco de historia

El Parque Nacional Los Tres Ojos fue descubierto en 1916 por tropas nacionales durante la primera intervención estadounidense a República Dominicana. Sin embargo, fue en 1968 cuando el presidente Joaquín Balaguer dispuso que se construyeran las escaleras para que turistas visiten este lugar.

En el año 1972 fue cuando abrió sus puertas al público de manera general para los turistas extranjeros y dominicanos.

Anteriormente a su descubrimiento, era el lugar donde habitaban los taínos luego del desprendimiento de rocas para quedar al descubierto, donde estaba sumergido en el mar Caribe, razón por la cual aún conserva su rica marina llamada coral o arrecifes del mar.